Google

martes, 9 de octubre de 2007

Fuera de contexto...pero que bien me hace leerlo.




Por qué todavía no me compré un DVD

Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y
cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre
agregarle una función o achicarlo un poco.

No hace tanto con mi mujer lavábamos los pañales de los críos. Los
colgábamos en la cuerda junto a otra ropita; los planchábamos, los
doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar. Y ellos,
nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron
de tirar todo por la borda (incluyendo los pañales). ¡Se entregaron
inescrupulosamente a los desechables!

Si, ya lo sé. A nuestra generación siempre le costó tirar. ¡Ni los desechos
nos resultaron muy desechables! Y así anduvimos por las calles guardando
los mocos en el bolsillo y las grasas en los repasadores. Y nuestras
hermanas y novias se las arreglaban como podían con algodones para
enfrentar mes a mes su fertilidad.

¡Nooo! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me
distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra. Lo más
probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto.

Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año,
el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las
navidades.
¡Guardo los vasos desechables!
¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez!

¡Apilo como un viejo ridículo las bandejitas de espuma plástica de los
pollos! ¡Los cubiertos de plástico conviven con los de acero inoxidable en
el cajón de los cubiertos!

Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la
vida. ¡Es más! ¡Se compraban para la vida de los que venían después! La
gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, fiambreras de tejido y
hasta palanganas y escupideras de loza. Y resulta que en nuestro no tan
largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el
barrio en mi infancia y hemos cambiado de heladera tres veces.

¡Nos están fastidiando! ¡¡Yo los descubrí. Lo hacen adrede!! Todo se rompe,
se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que
tengamos que cambiarlo. Nada se repara. Lo obsoleto es de fábrica.

¿Dónde están los zapateros arreglando las medias suelas de las Nike?
¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando sommiers casa por casa?

¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista?
¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los
talabarteros?

Todo se tira, todo se desecha y mientras tanto producimos más y más basura.
El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en
toda la historia de la humanidad. El que tenga menos de 40 años no va a
creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el basurero!! ¡¡Lo
juro!! ¡Y tengo menos de........... años! Todos los desechos eran orgánicos
e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy
hablando del siglo XVII). No existía el plástico ni el nylon.

La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban
rodando las quemábamos en San Juan. Los pocos desechos que no se comían los
animales, servían de abono o se quemaban.

De por ahí vengo yo. Y no es que haya sido mejor.
Es que no es fácil para un pobre tipo al que educaron en el 'guarde y
guarde que alguna vez puede servir para algo' pasarse al 'compre y tire que
ya se viene el modelo nuevo'.

Mi cabeza no resiste tanto. Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos
no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que además cambian el
número, la dirección electrónica y hasta la dirección real. Y a mí me
prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y
el mismo nombre (y vaya si era un nombre como para cambiarlo)

Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no.
Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a
todo.
Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos
podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar(porque éramos de
hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente
del segundo, las carpetas del jardín de infantes y no sé cómo no guardamos
la primera caquita.

¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los
pocos meses de comprarlo?

En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los
manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el
tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto.

Y guardábamos. ¡¡Como guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!!

¡Guardábamos las chapitas de los refrescos! ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos
limpia-calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro.
Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los
bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y
las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de
fin de año de la escuela. ¡Tooodo guardábamos!

Las cosas que usábamos: mantillas de faroles, ruleros, ondulines y agujas
de primus.

Y las cosas que nunca usaríamos. Botones que perdían a sus camisas y
carreteles que se quedaban sin hilo se iban amontonando en el tercer y en
el cuarto cajón.

Partes de lapiceras que algún día podíamos volver a precisar. Tubitos de
plástico sin la tinta, tubitos de tinta sin el plástico, capuchones sin la
lapicera, lapiceras sin el capuchón.

Encendedores sin gas o encendedores que perdían el resorte. Resortes que
perdían a su encendedor.

Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se
tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores
descartables.

Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por
todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las
latas de sardinas o del corned beef, por las dudas que alguna lata viniera
sin su llave.

¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al
techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío
para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su
vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín.

Las cosas no eran desechables. Eran guardables.

¡¡Los diarios!!
Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para poner
en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver!!.
¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado
al trozo de carne!

Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para
hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque para hacer
cuadros y los cuentagotas de los remedios por si algún medicamento no traía
el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla
de la
Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se
convirtieron en los primeros álbumes de fotos. Y las cajas de cigarros
Richmond se volvían cinturones y posa-mates y los frasquitos de las
inyecciones con tapitas de goma se amontonaban vaya a saber con qué
intención, y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con
la inscripción a mano en una sota de espada que decía 'este es un 4 de
bastos'.

Los cajones guardaban pedazos izquierdos de palillos de ropa (broches) y el
ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban
a su otra mitad para convertirse otra vez en un palillo.

Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros
objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas
aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a
nada. Ni a Walt Disney.

Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y
nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copita', nosotros dijimos
que sí, pero, ¡minga que la íbamos a tirar! Las pusimos a vivir en el
estante de los vasos y de las copas.

Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos.
Las primeras botellas de plástico se tansformaron en adornos de dudosa
belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas
de bollones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y
los corchos esperaron encontrarse con una botella.

Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y
los que preservábamos.

Ah¡ No lo voy a hacer!
Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables;
que también el matrimonio y hasta la amistad es descartable.
Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas.

Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria
colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer.

No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto
caduco y a lo caduco lo hicieron perenne.

No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan
a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más
nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o
que valoran más a los lindos, con brillo y glamour.

Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares.

De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme
seriamente entregar a la bruja como parte de pago de una señora con menos
kilómetros y alguna función nueva.

Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el
riesgo de que la bruja me gane de mano y sea yo el entregado.

Hasta aquí.

Eduardo Galeano

lunes, 8 de octubre de 2007

Viagra......realidades y mitos.




En un principio se desarrolló Viagra (citrato de sildenafil) como un tratamiento para problemas del corazón. Sin embargo, estudios posteriores demostraron que esta pastilla también incrementaba el flujo sanguíneo hacia el pene, por lo que rápidamente se la consideró efectiva para el tratamiento de la disfunción eréctil (impotencia). Viagra fue aprobada por la Agencia de alimentos y medicinas de los Estados Unidos en 1998. Desde ese entonces se ha hecho popular, y hoy está disponible en más de 90 países.

Ha demostrado su efectividad en el tratamiento de la impotencia. ésta puede estar causada por envejecimiento, enfermedades vasculares, diabetes, operaciones de próstata, lesiones de médula espinal e incluso tener origen psicológico. El sildenafil, que se comercializa con el nombre de Viagra, favorece el aumento de riesgo sanguíneo en el pene y provoca la erección. Pero este fármaco sólo funciona cuando el hombre está sexualmente excitado.

A pesar de la conmoción que trajo la aparición del Viagra, en los ámbitos médico, mediático y popular, en un primer momento las ventas no fueron las esperadas y la aceptación por parte de los pacientes era con cierto temor y reticencia. Sin embargo, el sildenafil es un medicamento que, tanto en las etapas de investigación como en el uso clínico, ha demostrado una alta eficacia con pocos efectos colaterales.

Es relevante remarcar que se trata de un medicamento para una condición médica y psicológica específica: la disfunción eréctil. Aunque actualmente hay personas que lo usan para mejorar su rendimiento sexual, y hasta está siendo estudiado su uso en mujeres.

Junto con la aparición del Viagra los medios comenzaron a informar las muertes supuestamente atribuidas al producto. Habría que aclarar, además del mal uso que algunos pacientes hacen de cualquier medicamento, que la FDA (Food and Drug Administration) obliga a informar, cada vez que sale una nueva droga, sobre la aparición de discapacidad, muertes, accidentes y efectos secundarios en quienes la estén tomando, sean o no debidas a ella.

En los últimos dos años se ha advertido la facilidad con la que se compran ciertos fármacos a través de Internet, y Viagra es el más vendido por este medio. Esto en realidad es un peligro porque se puede vender a pacientes para los que no está indicado, causando problemas de salud o simplemente no dando resultados efectivos.

Cuándo tomarla
Un examen médico completo y la revisión de la historia clínica del paciente deben ser realizados para determinar un diagnóstico de disfunción eréctil, y así detectar las causas probables e identificar el tratamiento apropiado.

Para la mayoría de los pacientes, se recomienda tomar una dosis de 50 mg, la cual debe ser ingerida aproximadamente una hora antes de la actividad sexual. Sin embargo, Viagra puede ser tomado en cualquier momento dentro de un rango de cuatro horas a media hora antes de la relación sexual. La dosis máxima puede llegar a 100 mg o disminuida hasta 25 mg, pero la dosis máxima recomendada es de una vez diaria, no más.

Beneficios del Viagra
Principalmente, el Viagra ayuda a recobrar la sexualidad y la confianza en las relaciones sexuales a los hombres que sufren de disfunción eréctil. Le permite tener y mantener una erección, alcanzar el orgasmo y restablecer el placer durante el encuentro sexual. Estos beneficios mejoran la calidad de vida y las relaciones interpersonales.

Ayuda a la mayoría de los hombres con disfunción eréctil a lograr erecciones más rígidas y a mantenerlas durante la actividad sexual. Funciona para hombres con disfunción eréctil que también tienen otros problemas de salud. Por último, tiene un historial de seguridad comprobado.

Contraindicaciones en su uso
Este producto no es un afrodisíaco, no actúa en el cerebro ni en el corazón, sino en los cuerpos cavernosos del pene, siempre en presencia del deseo y del estímulo sexual. Como todos los otros medicamentos éste posee contraindicaciones y precauciones. Es importante tener en cuenta que si no hay una estimulación sexual Viagra no causará una erección, como tampoco aumentará el interés sexual (libido), ni mejorará la excitación sexual. Viagra no protege contra enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el VIH.

Se sabe que no todos los medicamentos son para todo el mundo. Si, por ejemplo, un hombre usa medicamentos con nitratos, utilizados a menudo para dolores de pecho (conocidos como angina) no debería tomar Viagra, ya que tomar estos medicamentos al mismo tiempo podría causar que su presión arterial baje hasta niveles peligrosos.

Los efectos secundarios más comunes de Viagra son: dolor de cabeza, enrojecimiento de la cara y malestar estomacal. Los menos comunes son visión azulada o borrosa, o sensibilidad a la luz. Estos pueden durar poco tiempo.

Muy rara vez ocurren erecciones de más de cuatro horas con algún tratamiento de disfunción eréctil, pero en este tipo de medicamentos es importante buscar atención médica inmediata. Las erecciones que duran más de seis horas pueden causar períodos largos de disminución de la potencia.

La dosis mínima de Viagra es de 25 mg. El médico puede comenzar prescribiendo esta dosis si el hombre: tiene 65 años o más, padece problemas hepáticos o renales severos. Toma inhibidores de proteasas, como medicamentos para el VIH.

viernes, 5 de octubre de 2007

Hay que hacer ejercicio!!

MENTE SANA EN CUERPO SANO DURANTE LA TERCERA EDAD

a típica imagen de un adulto mayor en una silla mecedora está quedando atrás. Esto, gracias a que cada vez más personas de la tercera edad tienen conciencia de la importancia de llevar una vida activa y saludable.

El geriatra de Clínica Alemana de Santiago Eric Blake explica que “el envejecimiento trae consigo pérdida de la fuerza física y masa muscular que, al acumularse, produce también una disminución de la funcionalidad, es decir, de la capacidad que tienen las personas de desarrollar las actividades de su vida cotidiana". Por esto es fundamental intentar retardar este proceso, de manera de conservar una buena calidad de vida el mayor tiempo posible.

La clave para mantenerse saludable es evitar el sedentarismo, que para el doctor Blake es un "círculo vicioso" promovido por la misma sociedad, que muchas veces entrega la idea errónea de que la inactividad es sinónimo de confort y de un buen estándar de vida.

Los ejercicios
Los beneficios de llevar una vida activa y en particular de hacer ejercicios controladamente son que se mejora el estado físico y psicológico, aumenta la funcionalidad y se previenen enfermedades como obesidad, diabetes e hipertensión arterial, y se reduce la mortalidad. Además disminuyen las caídas, las que pueden ser muy graves a una edad avanzada.

Un punto muy importante a la hora de romper con las tendencias sedentarias de la vida moderna es saber qué ejercicios debe o no debe realizar una persona mayor de 65 años. Un ejemplo, para caminar no se necesita un mayor equipamiento ni asesoramiento de especialistas. Basta con tener buen zapato de marcha, con no moverse por superficies muy exigentes y asegurarse que las condiciones climáticas sean las adecuadas, ya que para un adulto mayor andar sobre un suelo resbaladizo bajo la lluvia puede ser una invitación a, por ejemplo, una fractura de cadera. La clave es partir lento y continuar en este ritmo.

También hay otros ejercicios que pueden hacerse en la casa, como sentarse y parase de una silla, subir o bajar un escalón, asegurándose, eso sí, de contar con los apoyos respectivos. En el hogar también se pueden utilizar elementos más sofisticados como la bicicleta estática, que es bastante segura, si se practica suavemente.

Ahora bien, si se busca un nivel de exigencia mayor, esto también es posible, pero realizando antes una evaluación médica. El doctor Blake asegura que el entrenamiento mejora la capacidad física de los pacientes entre el 10% y el 30%. Y recomienda, entre otros, los ejercicios en piscinas que "tienen múltiples ventajas, ya que no se lucha contra la gravedad como fuera del agua, hay un rango de movimientos mayor y es más fácil de lograr en el agua tibia, que relaja la musculatura".

Asimismo, en general, son aconsejables los ejercicios de movimientos largos, que involucran grandes grupos musculares, pero sin forzarlos en exceso. Si se busca incrementar la fuerza física es necesario ejercer algún grado de presión contra el músculo, pero no se deben efectuar levantamientos de pesas muy importantes, ya que esto aumenta la presión arterial, otra patología importante en los adultos mayores. Por ello se recomienda más bien hacer ejercicios repetitivos y de tipo aeróbicos.

Lo ideal es efectuar diariamente 30 minutos de ejercicio, que pueden ser repartidos durante el día, en periodos más cortos. Eso sí, antes de comenzar es necesario realizar un precalentamiento adecuado, el que incluya elongación y flexibilidad.

"Además, tiene que haber una muy buena hidratación, particularmente si la persona se va a exponer al sol; tomar por lo menos medio litro de líquido, una media hora antes de la sesión. Después hay que beber un cuarto de litro más mientras se llevan a cabo los ejercicios, y luego volver a tomar agua de regreso al hogar", explica el especialista.

Lo ideal es practicar en grupo, con personas de la misma edad, ya que de esta forma el adulto mayor además de los beneficios físicos del trabajo en equipo, adquiere un grado de compromiso y establece lazos afectivos y sociales.


Nota extraida de www.alemanatemuco.cl

martes, 2 de octubre de 2007

Palabras de un Viejo


Palabras de un viejo.


Ese día llegaba yo muy agitada a mi casa, con la mente aun turbia por las cuestiones de la oficina.

El ómnibus demoró más que de costumbre en pasar y para colmo venia lleno.

Decidí detenerme en la cafetería que esta a una cuadra de mi casa a tomar un cortado y

liberarme así, de los problemas. No quise que papá se diera cuenta de que había

tenido un mal día en el trabajo.

Llovía de una manera atípica para esta época del año, yo no había salido preparada para

la empapadura que me agarré.

Ya me deleitaba pensando en la ducha caliente y el plato de sopa que el viejo me tendría

preparado. Toqué timbre, como siempre hacia antes de abrir con mi llave.

Era como una contraseña que teníamos, no se con que fin.

Dejé mi saco mojado colgado en una silla y fui derecho a la ducha, a la vez que le daba

las buenas noches a papa en voz bien fuerte para que me escuchara, ya que tenía la tele a un

volumen alto.

No sentí su respuesta, por lo que me acerque a su dormitorio y ahí lo vi. Durmiendo

profunda y plácidamente, con un gesto extraño en su cara, casi diría de satisfacción.

Tranquila me duché y tomé ese exquisito plato de sopa de verduras que solo el sabe hacer.

Debo confesar que de chica, aborrecía las verduras y luchaba por zafar de ellas a toda

costa, pero las razones de la vida, hicieron que me diera cuenta de que lo mejor de ese

caldo con verdes pastos flotando, era el amor que encerraba su preparación y el

bienestar que me daba ese placebo familiar.

Mi padre siempre fue el clásico hombre duro, jefe de hogar de decisión firme y, aunque

a veces errada, nunca discutida.

A veces chocaba su personalidad utópica para los días que corren, con la mía de

madre soltera e independiente.

Fui a despertarlo para conversarle un rato, y me llamo la atención una carta escrita en un

cuaderno, al costado de su cama, sobre la mesa de luz, junto a un barco de papel.

Como haciendo un arte, decidí no despertarlo y en silencio me puse a leer.

"“-Si los pequeños barcos de papel que solíamos dejar correr por los caudalosos mares

que se formaban los días de tormenta al costado del cordón de la vereda de la casa,

flotaran por siempre…ni gracia hubiera tenido haberlos botado.

Y así es, como desde siempre, nos alimenta lo efímero. Lo efímero, no lucha más allá de

su naturaleza, por permanecer.

Las cosas son un día, pero es normal que otro día no estén más.

Nunca pensé que yo también era parte de esta realidad natural. Jamás se me pasó por la

cabeza, que un día iba a contar los años que me quedaban, con la certeza absoluta, de

que no serian mas que los arrugados nueve dedos completos que aun podía contar en mi mano.

Alguien nos hizo, moribundos al nacer. Destinados.

He ganado muchas cosas, pero, voy a perder tantas, que me cuesta trabajo asumirlo.

Ahora, me veo sentado en mi sillón “preferido”.

Ese que me compraste, el más cómodo, el que me lleno de escaras el trasero.

Tu jactándote de que ese sillón es eterno, solo por el hecho de que ha durado 30 años

soportando mi peso sobre el.

¿Que seré yo entonces? ¿Sabes el peso que llevo y lo “eterno” que me siento?

Te darás cuenta que aun soy conciente, que entiendo tus palabras y que no tienes

necesidad de hablarme como a un niño.

¿Por que de todas maneras te sale así?

Supongo que será por lo mismo que a mi me salía, cuando tu me mirabas con ojos

maravillados, como si vieras a un súper-héroe de las tiras cómicas.

¿Sabrás que yo tuve sexo con tu madre, para concebirte?

¿Sabrás también que lo volvería a tener, si no fuera porque ya no tengo ganas, o no

puedo tenerlas, aparte de que ya no esta tu madre entre nosotros como para intentarlo siquiera?

Estoy cansado, y aún ni siquiera terminé de levantarme.

Mi voz ya está muy suave para mi gusto, quisiera gritar.

Mi porte ya no es imperativo y convincente y mi aspecto ya no es galante.

Mi presencia ya no es digna de atención, más que la que me brindan para sentarme o acostarme.

Ya nadie me pide, sentada en mi falda, que le corte la carne con mi filoso cuchillo, ese

mismo que ahora se haya herrumbrado al fondo de un cajón.

Si supieras lo fácil que era, y lo maravilloso que resultaba tu necesidad de mí.

Hoy noto que el destino me lleva a estar cada vez mas ausente, como preparando algo, que ni yo

se que es.

Es por eso que me decidí a hacer un alto en la degradación, y por lo menos por unas

horas, agudizar mi conciencia y dejarte en claro, de que se trata esto de ser viejo.

En esta carta, espero que se conjuguen los últimos vestigios de conciencia y de vigilia,

que puede darte quien más te quiere. Según el.

-. Estoy viejo, solamente porque no lo puedo evitar.

-Tengo muchas cosas lindas en que pensar... cosas lindas que, si no son tú..... me aburren.

Pensé en cuando podía hacer un montón de cosas que me gustaban, y me sentía feliz de

hacerlas, pero pasa que si piensas mucho en eso, pronto la alegría se transforma en

intenso dolor por no poder hacerlas más. Por eso a veces gruño, por nada.

Ser viejo. . Un día me despierto, y noto que ya no duermo con mi esposa, mi amiga, mi

compañera, como hace 57 años lo venia haciendo.

Noto sin embargo, que mi dormitorio esta arreglado al gusto de ella, que es tu gusto también.

Me incorporo en la cama, pero tardo cerca de un minuto en hacerlo. ¿Por que?

No lo se, me da miedo hacerlo abruptamente, aparte, con lo largo que es el día, tampoco tengo

apuro en levantarme.

Desgrano mi soledad, contando las mil y una veces en que tendría ganas de no levantarme más.

No es un masoquismo caprichoso por poner fin a una existencia tranquila, es ansiedad

por que pase lo que tiene que pasar……que pase de una buena vez.

Definitivamente, es miedo.


Así como los barcos de papel, se van a diluir en el agua, yo me quiero diluir en el

recuerdo de mis seres queridos, si fuera por mi, el día de ayer.

Es difícil extender al tiempo en estas condiciones.

Para ti, veinte años es casi toda tu vida….para mi es ayer… El pasado para mi es algo

más lejano, algo más radical.

¿Cuando ya no puedes planear las cosas a futuro, que queda? ¿Pensaste alguna vez eso?

Yo ya no pienso en mañana, porque no se si voy a poder participar de el.

Tampoco pienso en el presente, no me gusta lo que veo en el espejo, ni en la tele…no me gusta.

Antes yo no tenía tele...y se me escapaban muchas cosas que, en realidad hoy quisiera

que se escaparan. Quisiera haber podido cambiarte el mundo y convertirlo en un lugar más

digno de ti.

Me queda el pasado, pero claro, siempre pienso que pudo ser mejor.

Cuantas cosas me quedaron por hacer, cuanto mas te podría haber dado, a cuantos les

podría haber dado mas y mejor.

A pesar de todo eso, yo fui lo que fui y se que tu vas a tomar de eso, lo mejor.

Ojo…no estoy desconforme, solo que me gustaría tener una segunda oportunidad para aplicar lo

aprendido.

Y pasa que no estoy a tiempo…..tampoco tengo fuerzas.

Se que tu lo vas a hacer....porque así funciona todo. Y eso me hace feliz.

Cuando yo partía, en esos viejos y maltrechos barcos de pesca, permaneciendo mar

adentro meses buscando el sustento y un buen pasar para ustedes, se que lo cambiaría

infinitamente por subirte a mis hombros y salir corriendo como un loco por la calle,

cantando la canción de moda que mas te guste, o sonando una sirena imaginaria que

nos abriera paso entre la gente.

Las veces que quise explicarte cosas sobre tu crecimiento y educación, y lo que me salio

fue un rezongo, sabes, las cambiaría por un baile abrazados junto con tu madre, los tres,

en el patio de la casa bajo las uvas del parral, gastando las baldosas.

Hoy miraría con orgullo las marcas que hubiéramos dejado en las mismas, nunca las cambiaria.

Le quede debiendo muchos, demasiados bailes a la vieja rezongona de tu madre y a ti otros

tantos.

¿Recuerdas cuando discutía con ella?

¿Sabes como le callaría las palabras con un beso?

Y si cuando apartase mis labios, continuara sin entender mis fines de paz, la seguiría

besando hasta que se me ampollaran los labios.

Y cuando por fin estuviera en silencio y se le fueran las marcas de frente fruncida, creo

que no haría otra cosa más que besarla nuevamente.

No me olvido esas fiestas, en que les pediste encarecidamente a los reyes magos, que

por favor te trajeran aquella muñeca que, hasta más grande que tú era y sin dudas más

grande que mí bolsillo, esa que nunca vino.

Hoy se que si juntaba una moneda por un solo pucho menos al día durante todo el año,

hubiera convencido a los reyes de que te trajeran, no una, sino tres o cuatro de esas.

Cosas al azar que se me van ocurriendo, y me doy cuenta de que podrían ser tantas, como las

vividas.

Ya descubrí que quizás no hay más allá. Lo se hace mucho tiempo. Ya me di cuenta que

la fe, es para los que se quedan, para vivir sin remordimientos por los que se van.

Te digo que eso asusta otro poco y la vez me tranquiliza, porque hoy, sin más allá, tú, ya tienes

un lugar a mi

costado, en mi propia visión de la eternidad.

Con todo esto, no pretendo generarte lastima sino obtener tú incondicional perdón.

Pagué caro el curso de padres, pero falté a muchas clases.

Quiero que sepas que la edad ha destruido muchas cosas en mí, pero aun no ha podido

con mi sentido de la realidad y que aunque a veces no me salgan bien las palabras, si las pienso y

siento...

Me parece que me levante muy rápido hoy, todo me da vueltas en la cabeza.

Te pido algo, si mi senil destino se hace presente en muy poco tiempo, dile a quien se

encargue de tratar de curarme de la vejez, que ella se vive como llega, que no me la

duerman y que no la alarguen más de lo que sea natural.

Ese, ya no voy a ser yo.


Te ama, tu viejo. - ""


Me seque las lágrimas que sin querer se me escurrían por la cara y lo mire con dulzura.

En ese momento supe que el ya no despertaría mas, pero con sus artes de viejo, logró no

dejarme nada en el tintero.


Y nos quedamos en paz.


Rodi.

lunes, 1 de octubre de 2007




El sexo después de la menopusia

Además de los síntomas físicos, la menopausia supone una de las etapas de mayores cambios en la vida afectiva de una mujer. Si las alteraciones físicas y emocionales suponen para muchas mujeres una disminución de la libido, para otras conllevan una mayor liberación sexual. No podemos olvidar que actualmente una mujer en torno a los 50 años sigue siendo activa, bella, seductora y está dispuesta a disfrutar de la vida.


Relaciones durante la menopausia

Esta nueva etapa se caracteriza por cambios físicos y afectivos que muchas veces se escapan a los tratamientos médicos. La terapia hormonal no es una solución milagrosa: los aspectos psicológicos influyen tanto como los fisiológicos sobre la sexualidad de una mujer después de la menopausia.

Pero contrariamente a lo que creen muchas de ellas, la menopausia no supone una pérdida del deseo. De hecho, muchas mujeres comienzan a tener un gran apetito sexual en esta etapa motivadas por el hecho de no poder quedar embarazadas y tener más tiempo para ellas.

La menopausia natural o provocada es la consecuencia de la baja producción de hormonas femeninas (estrógenos y progesterona). Esta caída hormonal supone el fin de la menstruación y diversas alteraciones internas y externas de los órganos sexuales: el vello púbico es menos numeroso y la vagina tiene a atrofiarse, haciéndose más pequeña y estrecha si no se mantienen relaciones sexuales.

Efectivamente, la vagina sufre cambios importantes. La sequedad, la pérdida de elasticidad y la alteración del pH a causa de los cambios hormonales pueden provocar infecciones, inflamaciones o heridas que dificultan o hacen dolorosas las relaciones sexuales. Pero esto puede solucionarse con más excitación previa o la utilización de cremas lubricantes.

Estos problemas se agravan en las mujeres que no mantienen relaciones. Las que llevan una vida sexual activa mantienen su vagina en mejores condiciones.

Por otra parte, el miedo del hombre a hacer daño a su pareja puede provocarle a él problemas de erección. Paciencia y comunicación son claves en esta etapa. La utilización de lubricantes no grasos puede solucionar la sequedad vaginal. Sin embargo, los baños muy calientes, los aceites de baño y los antihistamínicos tienden a aumentarla.

La terapia hormonal sustitutoria ayuda a evitar los problemas de sequedad vaginal y la irritación, además de tener un efecto positivo sobre el sueño y el humor. Estos tratamientos pueden administrarse en forma de cremas, parches o píldoras.

Tratamientos similares a la píldora contraceptiva pueden tener efectos similares sobre las modificaciones vaginales. Los que utilizan testosterona ayudan a aumentar la libido, pero deben ser administrados con mucho control para no producir los efectos masculinizantes de esta hormona.

Los tratamientos de sustitución hormonal son los más indicados, pues ayudan a prevenir la osteoporosis y las patologías cardiovasculares ligadas a la menopausia. Los efectos secundarios deben ser tratados de manera individual en cada mujer.

Las consecuencias de la menopausia varían de una mujer a otra. Los cambios físicos y emocionales entrañan en muchas mujeres una disminución de la libido que puede conducirles al abandono total de la vida sexual, lo que también puede estar motivado por la aparición de problemas eréctiles en el hombre.

Pero esta situación suele estar más provocada por una vida sexual poco activa en etapas anteriores de la vida de la pareja. Además, la independencia de los hijos, la jubilación, la irritabilidad y el malestar físico pueden conducir a una situación de depresión. Los prejuicios respecto a la sexualidad en la edad madura hacen también que la actividad sexual se abandone.

La esperanza de vida de las mujeres, superior a la de los hombres, da como resultado un mayor número de viudas, que generalmente se ven incapaces o ven mal buscar una nueva pareja. Las enfermedades, operaciones quirúrgicas o los efectos secundarios de ciertos medicamentos también hacen difícil la vida sexual en esta etapa.

La pérdida del deseo sexual es un síntoma común de depresión, algo muy habitual en muchas postmenopáusicas. Sin embargo, muchas mujeres que disponen de más tiempo libre después de la menopausia y menos responsabilidades, ven en ello motivos suficientes para reactivar su vida sexual y su erotismo.

Entre las mujeres maduras mantener relaciones sexuales es algo importante y normal. Se trata de mujeres activas, sin responsabilidades y que puede disfrutar, ahora más que nunca, de las relaciones sexuales sin preocupaciones.

Además, el sexo no tiene por qué limitarse al coito. Es el momento, por qué no, de experimentar, sobre todo con los sentimientos, sensaciones y emociones.

Extraido de : www.terra.es http://www.terra.es/mujer/articulo/html/muj5428.htm

viernes, 28 de septiembre de 2007

Punto de vista biologico:

El envejecimiento no disminuye el interés sexual de la mujer o su potencial para responder sexualmente si su condición de salud es buena.

Aun cuando los cambios fisiológicos específicos ocurren, no aparecen ni abruptamente ni de la misma manera en cada mujer.

La sensibilidad a la estimulación de los senos continúa aún cuando no hay un aumento de los senos como respuesta a la excitación inicial. Hay menor elasticidad y lubricación vaginal. Lo último puede mejorarse con gel como K-Y. La tensión muscular es menor también.

En el caso de los hombres la producción de esperma disminuye desde los 40 años en adelante, la producción de testosterona no disminuye sino entre los 55 y los 60 años.

Algunos hombres experimentan la andropausia. Esta se manifiesta por debilidad, cansancio, apetito disminuido, descenso del deseo sexual, reducción o pérdida específica de la potencia sexual, irritabilidad y dificultad para concentrarse.

Esto ocurre debido a los niveles disminuidos de testosterona y puede mejorarse con inyecciones de la misma hormona. Es importante señalar que la mayoría de los hombres no experimenta esta condición.

La respuesta sexual del hombre cambia después de los 55 años:

  • Toma más tiempo y requiere de mayor estimulación para alcanzar una erección
  • Las erecciones son menos firmes
  • Los testículos se elevan en menor cantidad y parcialmente
  • La cantidad de semen se reduce y la intensidad de la eyaculación se ve disminuida
  • Hay menos necesidad de eyacular
  • El período refractario o sea el intervalo entre una eyaculación y la siguiente es mucho más prolongado.
Muchos hombres malinterpretan estos cambios naturales y producto del envejecimiento corporal a una respuesta disminuida por la ansiedad sexual. Las parejas que desconocen de los cambios pueden pensar que por ser menos atractivas no despiertan el mismo interés en el hombre. Otro error de interpretación.
Nuestro negativismo cultural no nos permite tolerar la idea del romance y el sexo en los años dorados. Realmente es un prejuicio en contra de los adultos mayores similar a otros prejuicios como el racismo y el sexismo en la sociedad.

La sociedad tiende a ver un estereotipo del adulto mayor: rígido, aburrido, parlanchín, senil, moralmente desfasado, sin habilidades, sin uso y muy poco valor social.

Muchos adultos en general disminuyen la frecuencia en su actividad sexual, pero no así sus patrones de actividad sexual. Muchos adultos mayores recurren a otras prácticas de sexo no coital como la masturbación (particularmente los que no tienen pareja) y el sexo oral, aun cuando no se alcance un orgasmo.

No es entonces extraño encontrar parejas de adultos mayores teniendo relaciones sexuales a los 60, 70 u 80 años. Debemos añadir también que la condición de viudez que se experimenta durante este período de la vida hace que en ausencia de la pareja el adulto mayor no busque otra pareja, ya que la sociedad se burla de ellos por cuestiones de edad. Se piensa que sólo los jóvenes requieren de mantener una vida sexual activa. Otro grave error

Extraido de : www.prensa.com

LA SEXUALIDAD EN LOS AÑOS DORADOS
Por: Lourdes Berrocal de González
Terapeuta familiar y de pareja

jueves, 27 de septiembre de 2007




A partir de los años sesenta han desaparecido tabúes sexuales. Pero no el que dictamina que las personas mayores deben olvidarse del sexo.

Yo, desde mi posición de joven viejo, declaro la guerra a la sexualidad adulta reprimida.

Si hijos y nietos, nosotros los abuelos, tenemos Sexo!!

Con esta declaración, doy el puntapié inicial a este blog, el cual espero sea, un fiel caballo de batalla, que me ayude hacia la apertura de la visión de mis semejantes.

A tener sexo, mucho....que aún tenemos mucho tiempo.

Bienvenidos


Rodolfo